Carlos Muntión Hernáez
Contenido:
- Apuntes biográficos
Artículos aparecidos en la revista Piedra de Rayo:
- Ganaderia
y Pastoreo en Vasconia. nº 4, nov
2001
- ¿Qué
fue de las raquetistas?. nº 5,
abril 2002
- Las Cédulas
de Ubaga. Cartillas contra las brujas. nº
8, febrero 2003
- Lola
Barasoain. nº 9, junio 2003
- Jacinto
Sagarna, el Pastor del Gorbea. nº
9, junio 2003
- Presos
vascos en el frontón Beti-Jai. nº
16, abril 20005
- Iruña-Veleia.
Las primeras palabras en vascuence. nº
21, junio 2006
Foto:
Carlos Muntión en su local de la calle San Juan, en Logroño.
Apuntes biográficos.
Carlos
Muntión (Tricio 15-04-1953), es desde el nacimiento de la
revista Piedra de Rayo (http://www.piedraderayo.es),
su Director. Es esta una razón suficiente para que aparezca
en esta página web, puesto que la revista Piedra de Rayo,
es un ejemplo de respeto y pluralidad con las raices y la historia
de La Rioja, y por lo tanto con los aspectos en común que
historicamente ha tenido el territorio de La Rioja con los territorios
Vasco-Navarros.
Pero no es esta la única ocupación
de Carlos, puesto que participa y ha participado en el movimiento
social riojano, en un primer plano de manera destacada: Profesor
y exdirectivo de la Universidad Popular de Logroño; Presidente
de la ONG, Sodepaz; y otras muchas actividades, entre las que cabe
incluso apoyar candidaturas políticas, en alguna de las cuales
formó parte.
Desgraciadamente este estar en primera
fila de los movimientos ciudadanos democráticos de izquierda,
y su independencia de criterio, le lleva a que la revista que dirige
no tenga ninguna ayuda por parte del Gobierno de La Rioja. El 7-06-2006,
el Gobierno de La Rioja, presenta una nueva "Revista de Cultura
y Tradiciones de La Rioja", llamada BELEZOS
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DISTINTOS ARTÍCULOS APARECIDOS
EN LA REVISTA
"PIEDRA DE RAYO".
Ganadería
y Pastoreo en Vasconia.
Texto: Luis Vicente Elías. Piedra de rayo, nº
4, noviembre 2001
Es para mí
un honor hacer una recensión sobre una obra que surge del
trabajo de un grupo de personas que como yo tuvimos la ocasión
de ser alumnos de Don José Miguel de Barandiarán.
El Atlas Etnográfico
de Vasconia es una de esas obras que producen envidia y
respeto. Envidia, por ver como una tierra vecina va documentando
su patrimonio etnográfico, con los pocos medios que la Cultura
(con mayúscula) concede a estos quehaceres. Y respeto, porque
la doctrina de nuestro maestro sigue viva y válida, como
lo demuestra esta magnífica monografía titulada Ganadería
y Pastoreo en Vasconia.
La metodología empleada
en este trabajo surge en aquel I Congreso de Artes y Tradiciones
Populares de Zaragoza en el año 1968, en el que tuve la suerte
de acompañar a D. José Miguel, y yo presentaba una
juvenil comunicación sobre La fabricación de alpargatas
en Cervera del Río Alhama. Recuerdo a título anecdótico
que, aprovechando el congreso, el entonces presidente de la Diputación
de Logroño, D. Rufino Briones Matute, presentó un
proyecto etnográfico para La Rioja, que iba a dirigir otro
maestro insigne, D. Alejandro Marcos Pous.
En aquella reunión D.
José Miguel nos expuso un Bosquejo de un Atlas Etnográfico
del pueblo vasco y su metodología, así como El cuestionario
para un estudio etnográfico del pueblo vasco, que han sido
las herramientas fundamentales para este trabajo.
Pero lo importante de D. José
Miguel fue que concienció a sus alumnos de la importancia
de documentar los hechos de la vida cotidiana y por esta razón
se crearon en Navarra los grupos Etniker, en 1969, para la recopilación
sistemática de los materiales etnográficos y a partir
de esas fechas un incansable grupo de personas han documentado la
cultura tradicional de Euskalerria.
Para la redacción de Ganadería
y pastoreo en Vasconia se han realizado encuestas a 500 personas
repartidas en todo el territorio con la consiguiente distribución:
En Alava 13 localidades; en Vizcaya 12; en Guipúzcoa 11;
en Navarra 16; en la Baja Navarra 4; en Lapurdi 2 y en Zuberoa 3.
Desde el punto de vista geográfico
y a efectos de trabajos comparativos desde La Rioja, es interesante
al visión del área mediterránea del País
Vasco en especial las respuestas procedentes de Alava, en concreto
de Valderejo, Valdegovía, Zambrana, Pipaón, Moreda
y Treviño; y de Navarra las referentes a Lodosa.
Sin embargo todo el trabajo tiene
un gran interés desde el punto de vista comparativo y de
su lectura se observa una clara identidad funcioanl enlas culturas
pastoriles. Por ejemplo, si relacionamos el nombre de esta revista
con el trabajo de Vasconia, encontramos que las creencias sobre
la virtud que tiene el hacha contra el rayo fueron estudiadas por
Barandiarán en numerosas ocasiones. Según estas creencias
el rayo es una piedra lanzada por la nube tormentosa. Sea como fuere,
al rayo, piedra lanzada del cielo, se le contrapone ritualmente
el hacha que en el neolítico era una piedra lanzada con el
impulso del asta.
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¿Qué
fue de las raquetistas?.
Texto: Benjamín Blanco
Rocandio. Piedra de rayo, nº 5, abril 2002
“Ciertamente,
cuando al deporte femenino constituye espectáculo, si puede
faltarle fortaleza, le sobre gracia”. Con estas palabras
solventaba el cronista de la época el comentario sobre el
deporte de la raqueta practicado por mujeres y que en Logroño
tuvo su época dorada entre las décadas de los años
cuarenta y cincuenta. Eran las raquetistas, un puñado de
mujeres, que entre el recelo de una sociedad machista y el morbo
que despertaban, recorrían el mundo de frontón en
frontón; deportistas singulares que recuerdan con nostalgia
o que bien prefieren olvidar aquella época en la que eran
el centro de todas las miradas.
En
aquellos tiempos de una España pazguata, donde la mujer tenía
que ser madre y esposa, ama del hogar para toda la vida, la presencia
de estas jóvenes en los frontones no pasaba desapercibida.
La prensa del momento recogía sus evoluciones sobre la cancha
y algunas revistas profundizaban sobre el fenómeno. Una de
aquellas revistas era La Rioja Industrial, cuyas páginas
recogían a finales de los años cincuenta un amplio
reportaje sobre el deporte femenino, y en concreto sobre la (polémica)
presencia de raquetistas en los frontones riojanos. Pero dejemos
que sea el cronista quien nos ilustre: En finales de siglo,
puede decirse que el único deporte acostrumbrado en la mujer
era el baile; pero de entonces acá, y de modo singular en
los tiempos actuales, por estímulo de la Obra Sindical de
Educación y Descanso, todas las jóvenes (puede decirse
que todas, puesto que son tantas) se aplican con entusiasmo a los
ejercicios de cultura física que deben mantener y acrecentar
la sanidad del cuerpo (...). Por otra parte, el tenis ha sufrido
una variedad: la de la pelota pared o juego de raqueta en frontón,
bastante desarrollado, y en el cual, obedeciendo a un acicate, de
tipo económico preferentemente, se da un crecido número
de profesionales, pues la mujer, que ha invadido fábricas,
talleres y oficinas, en la conquista de medios de subsistencia que
la independicen, ha entrado ya en el campo deportivo con una inacabable
"teoría" de raquetistas de frontón, que,
sin duda alguna, en el aspecto profesional, ha dañado un
poco, o más que un poco, el juego masculino de pelota vasca.
Vamos, toda una declaración de intenciones.
C. de V., que así
firma el reportero, no descansa ahí: La agilidad del
varón es una; la de la mujer, muy distinta. El juego masculino
se caracteriza por la robustez y el brío; el femenino logra
su mayor valor cuando se practica con soltura y habilidad que pudiéramos
calificar de gentiles. En el deporte de la raqueta -que en estas
líneas comentamos y que, en su aspecto profesional, hemos
visto ejercitar en el frontón Beti jai,
de Logroño- se señalan las apuntadas cualidades.
Una crónica reveladora del concepto del deporte femenino
en aquellos momentos. Pero sigamos prestando atención al
cronista: El juego rápido y brillante ejercitado por
la mujer produjo una excelente impresión artística.
El frontón, en ocasiones, parecía ser el único
espectáculo, a juzgar por la enorme concurrencia pública.
Tal ocurrió durante las actuaciones de Toni, Hortensia, "Azcoitia'
y Maruja....
De Logroño
a La Habana
María Antonia Uzcudun, `Chiquita
de Anoeta', considerada la mejor zaguera del mundo en aquel
momento, recuerda los comentarios de aquellos años: Era
una tabarra que tenían entonces con que el deporte nos hacía
hombrunas, que era poco femenino o qué sé yo.
Algo que no era de extrañar, ya que en aquellos tiempos,
hasta Lily Álvarez, la tenista, era otro `bicho raro' aunque
el tenis siempre había sido una cosa más fina.
La afición que despertaron
las raquetistas les hacía viajar continuamente de Madrid
a Barcelona, de Valencia a Tenerife o de Logroño a La Habana
o México D.F.. En este trasiego, algunas se instalaron definitivamente
en Logroño al contraer matrimonio con logroñeses de
renombre, la mayoría profesionales liberales de familias
acomodadas. As¡, por fin, dejaban los impropios escenarios
en los que habían vivido y volvían definitivamente
al hogar.
Una de aquellas jóvenes era
'Quinita', una sevillana que con veinte años llegó
a Logroño para jugar en el Beti-Jai -era delantera, pero
de las malas y miedosa- y ya se quedó para siempre entre
nosotros. Hoy con sus 79 años, recuerda sin mucha nostalgia
aquellos sus años jóvenes: Empecé a jugar en
Sevilla cuando levantaron un frontón en la calle Principal.
Mi padre era amigo del entrenador de chicas y fue él el que
me animó a probar. A mí me pareció rarísimo,
pero allí estábamos. Su primera visita a nuestra tierra
para disputar sus partidos le cambiaría definitivamente la
vida: Sólo estuve jugando ocho meses aquí en Logroño,
hasta que me casé. Era el año 40. Recuerdo que al
principio estábamos en pensiones como La Castellana, ya que
con el sueldo que nos pagaban llegaba para pagar la pensión
y poco más.
"Tuve
la suerte de casarme"
Si la presencia de mujeres en un territorio
casi exclusivo de hombres -entre el olor a puro y, por supuesto,
a Soberano- despertaba todo tipo de comentarios, su indumentaria
no dejaba lugar a los sobresaltos: Uy, falda blanca de popelín
hasta el tobillo y polos blancos huecos, se encarga de dejar
bien claro 'Quinita' ante la pregunta del entrevistador curioso.
No estaba bien mirado que las chicas hicieran deporte en público
en aquellos años. Por supuesto, había de todo, pero
en general no estaba bien visto y tenían de nosotras una
imagen frívola, aunque no exenta, seguro, de morbo, porque
además todas éramos de fuera... aunque yo tuve la
suerte de casarme.
Un comentario que, oído
ahora, en pleno siglo XXI, suena retrógado, pero que no resulta
extraño si tenemos en cuenta que el manual de moda para aquella
época tan gloriosa era el libro escolar de la Sección
Femenina de F.E.T. y de las J.O.N.S., que en 1957 ya lo dejaba bien
claro: Rechacemos las blusas ceñidas que revelan un busto
descarado. Rechacemos la falda tipo tonel o ánfora, y,
dentro de las formas de la moda, adaptémoslas a la línea
normal de la estética, o sea, si la cintura mide 60 centímetros,
las caderas, progresivamente, medirán 90, y el borde, 1,50.
Como para andar con frivolidades; aunque hay que reconocer que las
medidas que propone el manual son de vértigo... Eso sí,
bien disimuladas.
'Quinita' compartió cuadros
alegres con otras raquetistas que también terminaron su carrera
en Logroño. Fue el caso, entre otras, de las raquetistas
conocidas como `Isabelita' y`Julita', que se casaron con los hermanos
Martínez-Iñíguez de Logroño, un apellido
logroñés con pedigrí.
Cita en el
Beti-Jai
Ninguna
de ellas olvidará jamás el lugar donde despertaron
pasiones con sus raquetas: el frontón Beti-Jai.
Éste se levantó en la calle Juan XXIII, en la denominada
como zona del Doctor Zubía, en el año 1912. Allí
se daban cita los logroñeses de la época para ver
las evoluciones de aquellas jovencitas, no sin estrépito,
y donde las apuestas consistian en saber si la falda subirla más
arriba de la rodilla. En ese deportivo recinto, extraordinario
para el desarrollo del viril y noble juego de la pelota, tenían
su hueco 'Quinita', 'Isabelita', 'Julita', `Dorita'..., nombres
de guerra en un terreno de hombres.
Entre sus quinientas localidades se
daban cita curiosos, aficionados y también, en muchas ocasiones,
los futuros maridos de aquellas que fueron pioneras de la mujer
urbana, que se ganaba su propio sustento, llevaba las uñas
pintadas, hacía deporte o iba a los bailes liberada de las
carabinas.
Vascas, Madrileñas
y Andaluzas
El denominado por aquel entonces como
deporte vasco tenía en el resto de disciplinas una discreta
representación riojana, pero que en el caso de las raquetistas
era nula si nos atenemos a los testimonios periodisticos de la época.
Un extremo que la propia 'Quinita' se encarga de corroborar al hacer
memoria -no conocí a ninguna riojana- y repasar
la procedencia de las jugadoras, en su mayoría andaluza,
madrileña y, sobre todo, claro está, vasca.
Sirva esta historia como recuerdo
de unas mujeres que rompieron moldes, abrieron el camino y fueron
capaces de hacer frente a la doctrina de púlpito que rezaba
que la mujer necesita servir a alguien y, si no las tiene a
mano, va en busca de necesidades que satisfacer. En el servicio
cordial y amoroso encuentra su gloria. Amén.
"Benjamín Blanco Rocandio es periodista,
de Canales de la Sierra, y coordinador de los suplementos del Diario
La Rioja.
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Las
Cédulas de Ubaga. Cartillas
contra las brujas.
Texto:Carlos Muntión Hernáez. Piedra de rayo,
nº 8, febrero 2003.
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Lola
Barasoain
Texto: Carlos Muntión. Piedra de rayo, nº
9, Junio 2003.
Foto de Iñaki Gorostidi: Lola en el Molino,
su casa actual, en el pueblo de Sorzano.
Nace
en Uztarroz, en el valle navarro del Roncal, donde la osa
Camille, cada primavera, se desayuna un par de cabras para despertarse
del descanso invernal. Estudia diseño en París. Fue
modelo para Givenchy y juro que en el 68 ella también seguía
en París buscando la playa debajo de los adoquines de la
ciudad.
Desde el año 1970 reside en
La Rioja dedicada al trabajo de recuperación textil. Su primer
taller se instaló en el pueblo casi abandonado de Trevijano
de Cameros, lugar donde conoció la técnica de las
almazuelas. Su trabajo de investigación apoyó también
la rehabilitación de aquella localidad serrana hoy habitada
de nuevo y hasta diría, pueblo de moda con una intensísima
vida comunitaria y cultural.
Del Camero viejo se marchó
a los Cameros nuevos a ser santera en la ermita de la Virgen de
Lomos de Orios. En Villoslada de Cameros fundó un taller
permanente de elaboración de almazuelas que continúa
trabajando en la actualidad.
Socia fundadora en 1998 de la A.E.P.
(Asociación española de Patchwork) con sede en Barcelona
desde donde se trabaja con asociaciones de Europa y América
dando a conocer a través de artículos, conferencias,
exposiciones y ferias nacionales e internacionales el trabajo realizado
en España sobre este técnica textil prácticamente
desaparecida a finales del siglo pasado, fomentando así un
intercambio cultural entre distintos países y abriendo una
vía de comercialización y creación de puestos
de trabajo que esta artesanía renaciente exige en el momento
actual.
Hoy prosigue con su labor
de realización de almazuelas que son auténticas y
exclusivas obras de arte y con su faceta pedagógica en
el Molino de Sorzano donde tiene su taller. Lo que en el
pasado era una forma de reaprovechar viejas telas en una época
de pobreza y subsistencia es hoy, en sus manos, una depurada artesanía
sustentada en una dilatada investigación etnográfica.
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Jacinto
Sagarna, El pastor del Gorbea
Texto primero: Emilio Barco. Piedra de rayo, nº 9,
junio 2003.
Fotos (y ampliación de texto) de Iñaki
Gorostidi: Jacinto con su mujer Rufina y el nieto Yoseba, en su
casa de Tudelilla.
Si
es usted persona de campo seguro que ha oido hablar del pastor del
Gorbea. "Este año aún falta la nevada más
grande, ha dicho el pastor del Gorbea". "Verano con mucha
piedra, lo ha dicho el pastor del Gorbea". Hace ya tiempo empecé
a pensar que, dada mi edad y los años que llevaba oyendo
frases como estas, lo del pastor del Gorbea era tan solo una leyenda
que había ido tomando cuerpo en el imaginario del común
o, a lo más, una simple reacción de la cultura popular
a los avances tecnológicos que nos han llevado del blanco
y negro de Mariano Medina a los colorines de Maldonado o de Montes
de Oca (que cada cual tiene sus creyentes), en estas cosas de la
metereología. Pero mira por donde que no, que el pastor del
Gorbea existe y, lo que es más sorprendente, vive en Tudelilla.
Sí, como lo lee, en Tudelilla.
El lunes 13
de junio, me acerco hasta Tudelilla, para ver si me encuentro con
Jacinto y le hago unas fotos para esta página. No fue difícil
localizarle, en el pueblo cualquiera te indica donde se encuentra
su casa (Casa Aguirre). Me encuentro primero con la que luego me
da a conocer que es su mujer. Jacinto estaba en la huerta y pronto
se acerca al encuentro de la persona que pregunta por él;
nos saludamos y nos sentamos en una mesa, en la terraza de la casa.
La conversación se extiende
más de una hora, por lo que son muchas las cosas que me cuenta.
Como algunas de estas cosas estan recogidas en el artículo
de Piedra de Rayo, recojo y añado otras que me ha comentado:
Nací en Bizkaia,
en un pueblo que se llama Ceanuri (11-09-1935), sito en
la parte baja del puerto de Barazar, en una casa que se quemó
y nadie quiso levantar y el abuelo le echó unos tejados y
ahí viví hasta los 18 años yendo y viniendo
de pastor al monte...
... a los 8 años ya andaba
con el padre con las ovejas, y a los 9 ya solo (hasta 15 días
seguidos con esta edad). Pasaba seis meses arriba en el monte, en
una chabola vieja hecha con ramas de haya y cesped por encima, en
compañia de un perro grande y fiel. Subía el 1 de
mayo y bajaba un poco antes de navidad. Allí cuidaba de las
ovejas, ordeñaba para hacer queso y hacía carbón.
Y así hasta los 18 años. Luego plantaron pinos y se
puso difícil y me vino el conocimiento porque los otros pastores
me solían decir, tu aquí estas mal, que aquí
siempre vas a estar con pantalones viejos como nosotros y empecé
a avivar un poco y puse una bodega en Bérriz y pasé
de pastor a vinatero...
... para saber hacer las cuentas del
vino, fuí a clases particulares durante dos años;
el maestro me decía que no dejara de estudiar que valía
mucho para las matemáticas, pero la necesidad apretaba...
... cuando dejé las ovejas,
primero repartía vino de otro, pero al año ví
que podía hacerlo yo, y puse mi propia bodega. Trabajaba
hasta 20 horas diarias, vendiendo vino. Como era decidido, algunas
veces compraba el vino de todo un año que vendía al
precio de cada momento, por lo que entre una y otra cosa pude ir
haciendo un dinero.
Con la experiencia del monte, con 17 o 18 años ya empecé
a anunciar el tiempo y de ahí seguí palante. Primero
no le cogía bien y había algún fracaso que
otro, pero luego ya iba cogiéndole, cogiéndole, y
la edad también hace, siempre le hace aprender a una persona
más, y
ya
iba acertando bastante. Luego el Correo Español me cogió
(Munitibar publicó muchos artículos sobre mí)
y empezó a anunciar el tiempo y de ahí luego también
Deia (Iturrieta igualmente publicó muchos artículos)
y otros periódicos y también radio Vitoria, y aquello
ya era una locura... esta es una de las razones por las que me vine
a La Rioja...
...yo ya dejé lo de las radios
y los periódicos. No tenía medios para andar así
todos los días, pues con el tiempo hay que andar mucho, ir
a la montaña, que si ver el viento de allí, de la
otra parte, dónde van los humos y que hacen y que no hacen,
verles a los animales y claro, para eso hay que estar mucho en el
campo y por eso dejé de anunciar. Y ahora, pues estos de
Tudelilla me andan que si esto, que si lo otro y ya les digo, pero
me dan menos guerra...
Hace algunos años empezó
a quedarse sin vista y le auguraban que se quedaba ciego de un ojo,
pero gracias a unos médicos que le asistieron pudo recuperar
la vista del ojo que le fallaba; pero en su estancia en el hospital
de Galdakao, le pusieron en su habitación a un paciente enfermo
de vias respiratorias y ... "todo se pega, menos la belleza",
acabó enfermo, y como solución se ha venido para La
Rioja, donde entre el tiempo y los consejos médicos ha conseguido
recuperarse, "me vuelvo a encontrar en perfecta forma",
me comenta.
Jacinto Sagarna Urruchurtu y su mujer Rufina
Aguirre Barrutieta, tienen dos hijas que viven en Durango
y algunos nietos. Conserva su euskera en el trato con la familia,
y nos comenta que de joven hizo pinitos de Bersolari. Hasta tal
punto le gusta esta faceta, que en la actualidad esta realizando
un libro sobre su vida, en berso y en euskera, y posteriormente
lo hará en castellano.
En la actualidad pasa el rato en la
huerta, donde ha plantado todo tipo de arboles, verduras y moscatel
de Murcia, como me indica. Es muy aficionado también a coger
setas (perretxicos) y tiene incluso sus sitios "secretos"
donde no le fallan.
Y todo ello ..., a pesar de que "no recibo ni un duro de la
Seguridad Social".
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Presos
vascos en el frontón Beti-Jai.
Texto: Carlos Muntión Hernáez. Piedra de
rayo, nº 16, abril 2005
Informe: Archivo del nacionalismo. Fundación
Sabino Arana.
Por
estas tierras riojanas, casi todo el mundo sabe que el desaparecido
y famoso frontón Beti-Jai fue utilizado
como cárcel de exterminio durante la guerra 36-39. Cientos
de personas pasaron allí sus últimas horas antes de
ser “sacados”, “paseados” hacia la muerte.
Existe un estremecedor relato, Las Sacas, escrito
por Patricio P. Escobal, testigo de aquellos macabros
días, cuya lectura recomendamos vivamente.
El informe que presentamos ahora se
encuentra en el Archivo del Nacionalismo Vasco, Fundación
Sabino Arana y nos facilita nuevas pistas de investigación,
de momento, poco estudiadas en La Rioja. Por ejemplo, la llegada
de voluntarios franceses del partido Monarquico y de extrema derecha
Action Francaise y la presencia en el Beti-Jai de presos
no riojanos.
Reproducimos fotocopiadas, las cinco
hojas del documento. Las fotografías son un añadido
nuestro y como anexo facilitamos la traducción al español
del texto original en euskera para una más correcta interpretación
del informe.
Agradecemos al "Archivo del Nacionalismo,
Fundación Sabino Arana" la autorización para
difundir el documento.
El frontón Beti-Jai
se inauguró el 21 de septiembre de 1912 con un partido
de remonte. Tacolo y Arazamendi ganaban 50 a 41 a Ucín Menor
y Errezábal. El techo estaba acristalado permitiendo la entrada
de luz natural.
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IRUÑA-VELEIA.
Las primeras palabras en vascuence.
Texto y fotos: Henrike Knörr. Piedra de Rayo, nº
21, julio, 2006
El
19 de mayo, en la conferencia que ofreció en el Ateneo Riojano
sobre La Lengua Vasca en La Rioja, Henrike Knörr soltó
una enigmática frase informando de que en pocos días
aparecería en la prensa una noticia cultural que iba a cambiar
lo que hasta ahora contábamos sobre la antigüedad del
euskera. El día siguiente, el profesor anduvo de turismo
cultural visitando la ermita de Arcos en Tricio y la exposición
sobre la carpintería tradicional que el Museo de Nájera
había montado para celebrar el día de los museos,
pero no contó nada de la noticia misteriosa.
Lo que sabíamos hasta ese momento,
mil veces repetido, era que las más antiguas palabras escritas
en vasco estaban en un códice de San Millán que podría
fecharse a mediados del siglo XI.
El 15 de junio de 2006, en una multitudinaria
rueda de prensa, a pesar de que la noticia ya se había filtrado,
conocíamos que en el yacimiento de Iruña-Veleia, cercano
a Vitoria, los arqueológos habían encontrado palabras
escritas en euskera en céramicas del siglo IV. Si esto era
cierto, se acababa para siempre uno de los eslóganes turísticos
mas repetidos, ese de San Millán como cuna del Castellano
y también del Vasco.
El estudio de estos extraordinarios
testimonios lingüísticos le ha sido encargado a los
profesores de la univerdidad de País Vasco Joaquín
Gorrochategui y Henrike Knörr. A pesar de que su investigación
no ha terminado, y abusando de su amabilidad, le hemos pedido a
nuestro amigo Knörr que comente para Piedra de Rayo esta gran
noticia histórica. En la próxima revista también
aparecerá otra colaboración suya.
El artículo
que viene a continuación, es casi identico al que se encuentra,
dentro de personajes, en Henrike Knörr.
Foto: Iñaki
Gorostidi.
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