Valentín de Berrio-Ochoa

Obispo de Tonkín (ahora Vietnam), mártir. Nacido el 14 febrero de 1827 en Elorrio (Vizcaya) de modesta familia.
Comenzó sus estudios en el Seminario de Logroño. Al morir su madre, se vio obligado a interrumpirlos y a trabajar de carpintero. Más tarde, y siendo solamente tonsurado, el prelado Monseñor Irigoyen le nombró Director espiritual del Seminario, ordenándole sacerdote en 1851. Se había distinguido en el Seminario por su carácter expansivo y alegre, por su piedad y, sobre todo, por un tesón admirable. Dedicado a la predicación y el confesonario, pronto se ganó en Logroño el calificativo de «el santo vizcaíno». Su entusiasmo por S. Pablo hizo brotar en él la vocación misionera. Tras unos ejercicios espirituales realizados en Loyola, Berrio-Ochoa ingresó en el noviciado dominico de Ocaña, profesando el 12 nov. 1854.
En diciembre de 1856 partía para Filipinas, donde llegó el 27 junio 1857.
Después de un periodo de preparación en ManiJa y Hong-Kong, fue destinado al Vicariato de Tonkín, donde llegó el 30 mar. 1858. La persecución de Tu-Duc que arreciaba le obligó a permanecer oculto. Fue designado dos años después al servicio del Vicario Apostólico de Tonkín (el también beato García Sampedro), y contando sólo 31 años fue nombrado obispo coadjutor con derecho a sucesión, siendo consagrado al amparo de la noche. Doce días después sucumbía en la persecución el obispo titular y V. se encontró al frente de aquella probada iglesia. En medio de una vida en constante peligro, brillaron en él una gran fe y piedad, un incansable celo y una alta serenidad de espíritu. Vivía escondido y en perpetua huida. Las cartas que escribía a su madre desde su escondrijo revelan ternura y sencillez. Delatado por un médico, fue capturado el 23 oct. 1861 y llevado a Hai-Duong, donde se negó a pisotear el crucifijo. Fue decapitado el 1 noviembre 1861. Beatificado por Pío X el 15 mayo 1906, prosigue la causa de canonización. Sus restos fueron trasladados a la iglesia de Elorrio.

 

San Valentín de Berrio-Ochoa (1827 - 1861)

Este santo oriundo de Elorrio, Vizcaya, España, fue desde su ordenación por todos considerado como un hombre de oración, de extrema mortificación y sobre todo con un corazón de ardiente caridad, manifestada con los pobres con los que tantas veces compartió su comida, y con la atención delicada a los enfermos.

Enviado junto con otros siete compañeros dominicos, a evangelizar los lejanos pueblos del Tonkín (ahora Vietnam), fue ordenado obispo en el año de 1858, en la casa de un cristiano, y a puerta cerrada, por la situación de persecución que sufrían los cristianos en el país. Así empezó su difícil pastoreo, de cueva en cueva, de barcaza en barcaza, sin domicilio fijo, esquivando constantemente a los esbirros del rey Tu Duc y de su espesa red de espías y delatores. Por fin, en el año de 1861 es delatado y junto con otros dos presbíteros, encerrados en jaulas y llevados a través de las calles a su martirio.