Honorio Cadarso Cordón.

      Apuntes autobiográficos.

      Nací en Corera, La Rioja, en 1933.
Por mi primer apellido, quizá es un sueño, pero creo llevar sangre del autor de Cartas Marruecas, José Cadalso, de cuyo linaje todavía está en pie el caserío Cadarso, de Zamudio. De ascendencia liberal, y de Sagasta, por este mismo apellido; por los de mi madre, Cordón Martínez, riojanísimo, social-católico a lo León XIII, de Cánovas y de Lacierva. Es como decir que en mi casa se discutía de todo, había periódicos, se leía Blanco y Negro, y a Pérez Galdós, a Coloma, a Fernán Caballero, a Bécquer, a Zorrilla... Y había un viejo piano, una guitarra, un arpa, y a todos nos gustaba cantar. Pero lo fuerte era la labranza, el ciclo invariable de sembrar, recoger las olivas, moler el aceite, segar, trillar y vendimiar. La eterna trilogía de la llanada riojana entre el Ebro y la sierra: vino, trigo, aceite, y vuelta a empezar.
      En los cuarenta y cincuenta estudié en un centro de la Iglesia, y con beca. Ya se sabe, los pobres en aquellos tiempos, o estudiábamos a cuenta de la Iglesia, o a cuenta de la Falange pero siempre con un gran esfuerzo económico de la familia. Desde el 56 hasta el 70, tuve la oportunidad de colaborar en el largo alumbramiento de la transición democrática, como animador del movimiento obrero cristiano en la Rioja. En el 70, opté por seguir haciendo lo mismo, pero a cuerpo, por libre, de obrero. Primero desde París, luego desde Logroño. En 1980 emigré al País Vasco.
      Escribo, me gusta escribir, desde siempre. Desde 1956 tengo artículos sueltos en diarios y revistas. Entre 1985 y 2000 colaboré asiduamente en el diario El Correo, de Bilbao. La colección Kurutziaga, de Durango, ha publicado una selección de mis artículos en este diario en un libro titulado “Amillanpetik”.
     El Ayuntamiento de Bilbao me concedió el primer premio por un estudio sobre el poeta Gabriel Aresti, que ha sido publicado en la revista Bidebarrieta.
     El colectivo riojano “Laminiturri” me ha concedido el Premio Naiara, el año 2004, por mi contribución a la amistad entre la Rioja y Euskal Herria. Este libro, Rioja y Txakolí, quiere ser un gesto de agradecimiento a ellos.
     La jubilación me ha permitido repensar toda mi vida, cristalizar y cuajar ideas hasta hoy imprecisas, profundizar, leer... y he comprobado que la poesía es el mejor vehículo para expresarme, para dar cuerpo y vida y concreción a mis pensamientos. Liberado de la presión y la urgencia de cada día, de la urgencia de la noticia, de la realidad que se impone, la poesía me ha permitido decirme a mí mismo y decir las cosas sin prisas, buscar la palabra más ajustada y la imagen más bella y expresiva.



LA RIOJA BIDEA.
Artículo de Honorio Cadarso, para el libro "El Camino del Vascuence-Euskaren Bidea. Ramal Vizcaino-Bizkaiko Adarra". Julio 2003.

Foto: Joseba Lugaresaresti, Iñaki Gorostidi, J.Luis Lizundia y Honorio Cadarso, en la presentación del libro, en la sede de Euskaltzaindía.
     Kaixo, lagunok! Hola, amigos
     El encuentro entre vascos y riojanos que vivimos en la primera semana de julio del 2003, sobre un camino más que nos une desde hace ya más de dos mil años, fue un encuentro de viejos amigos, y de gente llana, a espaldas de las formalidades -quiero decir formalismos- y de los protocolos que conlleva el juego político y los intereses económicos y que tantas veces han envenenado la cordialidad y la buena vecindad entre La Rioja y Euskal Herria.
     Hemos podido registrar, a cada paso, mil huellas de esa relación, de esa amistad, de ese buen rollo entre el pueblo vasco y el riojano.
     Como saber que Alonso de Ertzilla, del linaje de Ertzilla de Bermeo, era hijo de Leonor de Zúñiga, riojana, y pasó su infancia entre Bobadilla y Valvanera.
Como leer, sobre el frontis de la ermita de San Martín de Amatza, de Iurreta, aquella lápida: "Esta ermita fue donada por el Rey Sancho de Navarra al Monasterio de San Millán de la Cogolla".
     Bueno, eso, y la fiesta que se montó en la campa de la ermita a la salida de la misa: que los del barrio de Amatza nos hicieron pasillo para recibirnos, que estaban las mesas puestas para el lunch, que bailaron en nuestro honor niños dantzaris, que dos bertsolaris jóvenes hicieron bertsos sobre el tema que les propuso una chica riojana: "vascos y riojanos, primos hermanos". Aquella fiesta fue sin duda el momento más emotivo de toda la marcha, el que más nos impactó. Fue como revivir una amistad que viene desde muchos siglos atrás...
     Luego fue Urkiola, aquella misma tarde, y en Urkiola oír que las torres de la Redonda de Logroño, la de Santo Domingo de la Calzada, la de Briones, todas las joyas del barroco esparcidas por la ribera del Ebro, han sido obra del garaitarra Martín de Beratua y otros muchos canteros del Duranguesado.
     Y que don Práxedes Mateo Sagasta, el riojano por antonomasia, el Jefe del partido liberal y Presidente del Gobierno de España de la segunda mitad del siglo XIX, fue oriundo del barrio de Sagasta, de Abadiño, descendiente de alguno de aquellos canteros durangueses que se establecieron en La Rioja.
     Y fue saber, en Laguardia, que el famoso fabulista Félix María Samaniego, fue además una gran figura de la Ilustración, uno de los que pusieron los cimientos de la calidad y el prestigio comercial del vino de Rioja, que probablemente, por su relación con la Universidad de Oñate y su cargo de alcalde de Tolosa, conocía el euskera.
     Y fue pasar ese hermoso puente sobre el Ebro que une Eltziego con Cenicero, puente de diseño aristocrático, homenaje mutuo que se hacen entre sí la Rioja alavesa y la Rioja alta, al igual que el Puente de Piedra de Logroño, o el Puente de Santo Domingo de Haro, o el que va de San Vicente de la Sonsierra a Briones, o ese otro, altísimo, atrevido, del que solo quedan unos arcos, unos brazos abiertos hacia el cielo, el puente romano de Mantible, entre Assa y El Cortijo. Qué bonito rosario de puentes entre las dos Riojas, que gran testimonio de amistad entre dos orillas de un mismo río, qué elegancia de gestos entre dos riberas...
     Y fue releer aquella lista de vecinos de Cenicero, grabada en bronce bajo la estatua de la Libertad que estuvo presa durante el franquismo y volvió a presidir la plaza del pueblo cuando volvió la democracia, allá por el 1975. Aquella lista de vecinos que se subieron a la torre para defender el pueblo frente al ataque de las tropas del General carlista Zumalacarregui. Aquella lista llena de apellidos vascos. Porque, ahora que nos paramos a pensarlo, todos los pueblos de la Rioja están llenos de apellidos vascos...Y las tierras y los montes y los ríos están llenos de nombres vascos...
     Y sacarnos una foto junto a la lápida del monasterio de Yuso en la que se da fe de que las primeras palabras que se conservan escritas en euskera fueron escritas y se conservan en San Millán de la Cogolla. Y que, también probablemente, como en el caso de Samaniego, Gonzalo de Berceo, el primer poeta castellano, hablaba el euskera para comunicarse con sus feligreses de Berceo, por aquel entonces todavía euskaldunes.
     Digo probablemente porque parece ser que a algunos no les interesa profundizar en todo lo que hemos tenido de común a lo largo de la historia vascos y riojanos. Parece ser que algunos se empeñan en que el Ebro no nos una, sino que nos separe. Pero frente a ellos estamos la mayoría, las gentes del pueblo, que desde siempre hemos visto al Ebro como una gran avenida con dos aceras y muchos pasos cebra para cruzar, y encontrarnos, y comerciar, y charlar, y celebrar tantas cosas como tenemos por celebrar juntos vascos y riojanos: tantas vendimias, tantos viajes por mar y aire, tantas inauguraciones de palacios y obras públicas, tantas fiestas patronales, tanto progreso...
     Porque muchos de nosotros tenemos nuestras raíces en Euskal Herria, y muchos de vosotros emigrasteis en el siglo XX de los campos de la Rioja a los Altos Hornos o las fábricas de Euskadi. Porque nuestra lengua castellana y la vuestra están mucho más cercanas de lo que alguien pudiera pensar.
     Porque es posible, es absolutamente necesario, respetar y aceptar nuestras diferencias y potenciar y destacar todo aquello que nos une.
     El camino que hemos andado nos ha descubierto también algunas cosas tristes. Hemos pasado por escenarios de batallas de las guerras carlistas, de la guerra civil de 1936. Sobre nuestra ruta pasaron los bombarderos alemanes que despegaron de Recajo, junto a Logroño, y descargaron sus bombas sobre Durango y Gernika. Hemos lamentado tantas cosas que no debieron ocurrir!
     Este libro, amigos, quiere dejar constancia de lo que hemos vivido, de lo que hemos sentido, de lo que nos ha alegrado y nos ha apenado a lo largo de un camino hecho de mil paisajes diferentes, entre el azul del mar, el verde profundo de Vizcaya, el verde claro de Álava, los amarillos mezclados con el verde de las viñas de la Rioja, decorado con lo mejor de la arquitectura de una larga prehistoria y más de dos milenios de historia...
     De verdad, amigos, benetan lagunok, ha sido una experiencia que ha valido la pena.

     Bertsos que se cantaron en Iurreta
Euskerak elkartu gaitu Lagun talde bat bezala
Ta haizean istorio bat Entzuten da berréala:
Lamia batzuk iturri baten Ondoan batu zirala
Eta geroztik Errioxatik Euskera entzuten dala
Nahiz ez genduen pentsatu Ziteenik logikoa
Errioxan baduzue Bide mitologikoa
Laminiturri sortu zenuten Zuen amets betikoa
Ta guk betiko oroitu baietz Gaurko egun magikoa .




Euskadi es más de lo que venden algunos medios.
Honorio Cadarso. Ha recogido lo que sus ojos han visto durante dos décadas en Durangaldea y Arratia en un libro, "Amillanpetik. Crónicas de Anboto y Gorbea"
Deia. 6-01-2002. Lorea Madina. Durango

     Aunque no nació dentro de las fronteras de lo que hoy conocemos como Euskadi, este riojano de Corera deja constancia de su amor por la tierra que lo acogió. Lo ha reflejado en los cientos de artículos que durante más de 15 años ha publicado en la selección local de un medio de comunicación regional.

     ¿Cómo una la idea de este libro?
En realidad habría que agradecérselo al padre Zabala. Fue él quién me propuso hacerlo. Yo tenía recogidos mis artículos publicados durante todos estos años. Lo único que he tenido que hacer ha sido hacer una importante selección y quedarme con algunos de ellos.
     Sin embargo, son todos los que están pero no están todos los que son...
Cuando empecé a trabajar en la crónica local de esta comarca, la Merindad era una zona inmensa en una profunda crisis. Ahora ha crecido y se ha enriquecido. Cuenta con una industria potente y todo ello se ha traducido en la calidad de vida de sus habitantes que ha mejorado. Es cierto que faltan muchos artículos pero creo que los que finalmente han sido escogidos, quizá no sean los mejores, pero sí los más representativos.
     Además ha contado usted con el apoyo de Teresa Aldamiz.
Ha sido un verdadero honor contar con su preludio. Me he sentido orgulloso porque además de por lo magnifico de su escritura, estoy encantado por cómo ha entendido ella este trabajo y con que gracia lo ha sabido expresar.
     Ha dividido el libro por temáticas.
Como en todo y aunque sea la historia de una comarca tiene los mismos desarrollos que cualquier otra zona o país. Como he tenido licencia para escribir de todo lo he dividido en 15 temáticas concretas, desde las más sacras como la Semana Santa o los temas relativos a Urkiola por ejemplo con otros de carácter netamente urbano como las construcciones de infraestructuras.
     En este libro se recoge al vecino, al hermano, al ciudadano de a pie.
Ésa es la esencia, la idea. He tenido la suerte de que he podido escribir de esos personajes que quizá no tengan un gran titular pero sí una historia que contar.
     ¿Es ésta la historia de Durangaldea?.
Creo que es algo más. Es la crónica histórica de Euskadi porque Euskadi es mucho más de lo que venden algunos medios. Es más que esa imagen de país de violencia y desasosiego. Euskadi son sus gentes, unas gentes trabajadoras, nobles y magníficas, preocupadas por sacar su país adelante.



Honorio Cadarso. Escritor y Poeta.
"Las fronteras son un mal invento de los hombres"
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Emigrante perpetuo, Honorio Cadarso fue un hombre clave en la transición riojana.
Su último libro recrea la grandeza de lo pequeño.

El Correo, miércoles 9-01-2002. Luis G. de Garay. Logroño

     Vida de Cura-Obrero.
     Origen: Nace en Corera-La Rioja. 69 años. Casado y con tres hijos.
     Religión: Estudios en el Seminario de Logroño y Universidad de Comillas. Sacerdote secularizado. Fue párroco en Brieva y Calahorra. consiliario en Logroño (1960-1970) de los movimientos obreros cristianos.
     Oposición: Su trabajo en los movimientos obreros cristianos le implica en la oposición a Franco.
     Política: En 1970 se establece en Francia. Regresa a La Rioja en 1975. Se afilia al PCE y participa en campañas como la de apoyo a la Constitución. Candidato al Senado con Lucio Parra y Miguel Boyer. Militante de CCOO e impulsor de la UAGR. Desde 1980 vive en el País Vasco donde se estableció al no encontrar trabajo en su tierra.
     Trabajo: Imagen del cura-obrero: "Nunca he pasado de peón". Jubilado desde hace tres años.
     Escritor y poeta: articulista de la Hoja Parroquial, colaborador de Nueva Rioja en los sesenta y setenta. Colaborador asiduo de El Correo desde 1980. Primer premio de ensayo Miguel de Unamuno, en 1999. Participa en una tertulia de poesía en el bilbaino Café Boulevard.
     El último libro: Crónicas de Anboto y Gorbea recoge sus trabajos en El Correo entre 1985 y 2000.

Crónicas de Anboto y Gorbea recoge quince años de artículos en El Correo sobre la comarca vizcaina del Duranguesado.
-¿Se identifica con estas crónicas de lo pequeño?.
     En el libro aparecen desde las aportaciones al Tercer Mundo a la evolución económica, la defensa de la mujer o las críticas a la política urbanística. Pero uno deja en todas las cosas su visión del mundo.
-¿Y ha llegado a alguna conclusión después de luchar siempre del lado de los perdedores?.
     La historia vivida y vista por el hombre de la calle aporta soluciones, da pistas y pone las cosas en su sitio. Las fronteras son un mal invento de los hombres. Los nuestros son problemillas porque aquí no falta que comer. Los problemas son del Tercer Mundo. Tiendo a simplificar las ideas, me siento cada vez más ignorante pero tengo convicciones, muy pocas, pero muy firmes. No se lo que hay después de la muerte. Creo que hay algo y como cristiano, soy creyente. Pero no estoy seguro, me entran dudas. Si sé que vale la pena luchar por mejorar la condición de vida de los hombres. Y que mientras haya un hombre enfermo o pisoteado, todos estamos pisoteados y enfermos.
- Pero no como un peaje al más alla.
     No, no, no. Aunque no hubiese mas alla cuando pisotean a un hombre me pisotean a mí.
- Usted fue una referencia de la transición política riojana.
     Yo estaba muy bien en Francia, pero alguien nos dijo que hacian falta brazos aquí. Mi misión era ayudar a la transición democrática. Luego las cosas rodaron y me vi metido hasta las narices. Fue cuando me encuadré en el PCE.
- Llegó en 1975, poco antes de morir Franco. ¿Qué se encontró?.
     Había más posibilidades de actuar en el terreno político y sindical que en los años sesenta, pero con un porvenir incierto. Tanto cuando estaba de consiliario como después he tenido la obsesión de evitar los momentos traumáticos. Actuar con moderación, con mucho tiento, evitando riesgos, buscando el diálogo. Es el papel que intenté jugar aquí, aunque no ayudaba que a los del PCE se nos viera como apestados.
- Recuerda algún momento clave.
     La guerra de los tractores, una acción simbolica que sirvió para crear una estructura sindical. Y la campaña en favor de la Constitución en la que desde el PCRE dimos el do de pecho. Era vital.
- Y vuelta a emigrar.
     En los ochenta me di cuenta de que con mis antecedentes no encontraría trabajo. Como digo en un poema, "quién me iria a decir que huérfano en la transición, solamente Bilbao me ofrecería asilo trabajo y pan". No puedo hablar mal de Euskadi; cuando no tenía donde caerme muerto allí encontré lo que necesitaba. En La Rioja hice zanjas para Telefónica, nichos en el cementerio, y, sólo medio día, en el hotel Carlton, lo que tardaron en enterarse de quién era.
- La sociedad riojana era cerrada.
     Me gusta La Rioja y no puedo renegar de lo que soy, ni tengo ganas. Pero es cierto que aquí se tenía miedo y había gran prevención hacia las personas comprometidas.
- En su tierra de acogida es un riesgo real decir lo que se piensa.
     La inmensa mayoría de los vascos lo vemos igual: el derecho a la vida hay que respetarlo por encima de todo. La transición democrática no se ha culminado. Yo ciudadano vasco, envidio la libertad pacifica, la armonía, la relajación con que uno se mueve en el resto de España. Pero los vascos tenemos una esperanza y seguimos luchando por la paz.



Honorio Cadarso / Poeta.
"Neruda decía que el poeta era el sacerdote de los tiempos modernos, y tenía razón"
.
El poeta, nacido en Corera en 1933, acaba de publicar "Rioja y txakolí"
La Rioja, 18-10-2004. Diego Marín. Logroño

      Honorio Cadarso (Corera, 1933) es un escritor aparte. Viajero y comprometido, su obra contiene tanto valor popular y tradicional como humor y desenfado, como es buen ejemplo su última publicación, el libro de poesía Rioja y txakolí (Ediciones Beta), presentado el pasado viernes 15 en el Ateneo Riojano de Logroño.
     Honorio es un escritor errante que fue párroco, perteneció al Movimiento Obrero Cristiano de La Rioja y al Partido Comunista y en los 70 emigró a Paris, donde conoció a los cantautores Carmen, Jesús e Iñaki, también riojanos, a quienes escribió la letra de alguna canción. Ya jubilado y asentado en Bilbao, ganó el Premio Miguel Unamuno de Ensayo del Ayuntamiento vizcaino. Ahora, Honorio Cadarso coorganiza las Tertulias Poéticas del Café Boulevard de Bilbao.

- ¿Por qué tanto movimiento en su vida?
     Millones de jóvenes europeos alumbramos aquella primavera del 68, millones de católicos creímos en aquella Iglesia nueva que pretendía el Concilio Vaticano II, un millón de españoles nos fuimos a trabajar a Europa, algunos de entre ellos volvimos a empujar la transición democrática de nuestro país. Luego, como miles de riojanos, tuve que venirme en los 80 al País Vasco en busca de trabajo. No soy una excepción, soy uno más.
                                                                                                                   Foto de Iñaki Gorostidi: Honorio en Amorebieta (Zornotza) el 18-09-2006

- En los 70 coincidió en Paris con otros riojanos como los músicos Carmen, Jesús e Iñaki, a quienes escribió alguna canción. ¿Cómo recuerda aquellos años?

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